En el año 1953, sus responsabilidades en el departamento de policía se ampliaron y le asignaron, sin solicitud propia alguna, todas las llamadas del «Teléfono 800», que llegaban a través de varias oficinas. Este era el número de código para las «llamadas de los locos»: apariciones de fantasmas, formas brillantes flotando en el patio trasero, ruidos extraños, avistamientos de ovnis, rayos misteriosos y todas las cosas que solo surgen en la noche.
A través de esta labor se inició como cazador de fantasmas.
Empleando un Theremin, uno de los primeros instrumentos de música electrónica, lo usó como detector de intrusos del siguiente modo:
«Establecido en una frecuencia fija, las fluctuaciones en su tono e intensidad se monitoreaban, y en el caso de que se presentase alguna presencia, sonaba».
Puso trampas para cazar «fantasmas» con una cámara con película infrarroja, que tenía un disparador automático para registrar cualquier actividad ectoplasmática.
Empleó una grabadora para captar cualquier sonido que los supuestos seres pudieran hacer al pasar.
Lavey fue uno de los primeros «cazafantasmas» de Estados Unidos"