29/11/22

TODO ESTÁ EN EL HUEVO





«El símbolo central en el trabajo de Amalantrah es el huevo» 

Desde enero hasta marzo de 1918, Aleister Crowley y Soror Ahitha iniciaron una serie de trabajos mágicos en New York conocidos como de Amalantrah.

El resultado fue la manifestación de Lam, considerado de origen interdimensional. La base de su mensaje, captado a través de las visiones de Roddie se centró en el símbolo del huevo, porque según los trabajos rituales «Todo está en el huevo», y mediante este, «Tú encontrarás el camino».

El huevo es un símbolo universal asimilado a la Creación. En este sentido, es común encontrarlo en diversos pueblos como el egipcio, griego, celta, tibetano, cananeo, fenicio, chino, hindú o japonés. En muchos de los mitos, el huevo cósmico del universo fue puesto por la madre-pájaro (cósmica), y cuando se abrió, comenzó a existir el tiempo y el espacio. La cultura egipcia lo concibe como el «Huevo del Mundo» o «Huevo Cósmico», representando la expansión cósmica brotando o naciendo desde su Centro o «Inicio del Universo». 

Por eso, está también relacionado con el sol, como fuente de energía y «corazón del mundo». 

Dentro de esta misma mitología del antiguo Egipto se habla del dios Ptah, quien surgió de un huevo y salió de la boca de Amon-Kneph, la verdadera y perfecta serpiente. La serpiente tenía escamas amarillas y era un símbolo de poder solar. Aunque, en resumen, los egipcios lo relacionaron con la creación; el huevo en la metodología ritual egipcia era un símbolo de renacimiento y renovación de la vida en el más allá (para el difunto). 

El antiguo dios egipcio de la fertilidad, Osiris, vetó el consumo de huevos a los sacerdotes, al ser una comida sagrada prohibida. 

Según la mitología yoruba, Olorun, dios del cielo, pidió a sus hijos que crearan un nuevo reino en el que se extendieran sus descendientes, otorgándole el nombre de Ile-Ife. Olorun lanzó un gran puente desde el universo donde vivía para ir a los lugares con las primeras aguas como destino.

Por dicho puente llegó Oduduwá, portando un puñado de tierra en sus bolsillos, una gallina de cinco dedos y una semilla-huevo. Cuando estuvo preparado, Oduduwá arrojó el puñado de tierra sobre las aguas, formándose así su nuevo reino, Ife. Allí la gallina rasgó el suelo y enterró el huevo, del que creció un gran árbol de dieciséis ramas, que son los dieciséis hijos de Oduduwá y de los que descienden las dieciséis tribus yorubas.

En la mitología griega Fanes (en griego antiguo Φανης Phanês, «luz») es un dios nacido del huevo cósmico. Con frecuencia se le equipara a Eros y también a Mitra.

Salvador Dalí

«Tradicionalmente, el huevo simboliza el mundo y la perfección», afirmaba el pintor Salvador Dalí, y que, «los huevos prolongan la dialéctica entre lo blando y lo duro y nos retornan a los recuerdos intrauterinos»

Los huevos forman parte de una serie de obras que Salvador Dalí pintó en 1932 dentro de una misma temática: los huevos fritos blandos. Aunque durante años este elemento había sido el principal objeto de atención de sus obras, y servía como recurso para expresar la imagen del doble que ofrecía su método «paranoico-crítico», en la obra «Niño geopolítico observando el nacimiento del hombre nuevo» no sucede así. 
En este caso, el huevo no se transforma en nada; es el lugar desde donde se produce el nacimiento del ser humano. 

A partir de 1940, los huevos parecen hacer referencia al renacimiento (un nuevo camino) del pintor, y muestra esa idea utilizándola para decorar los exteriores de la casa Dalí de Figueres, la de Port Lligat, la Torre Galatea y el Teatro-Museo situado en Figueres (Girona).

25/11/22

SATANISMO EXTRATERRESTRE

 



«…El ser humano del planeta Tierra es un producto fabricado por seres inteligentes que poblaban el Universo o parte del mismo mucho antes de nuestra existencia. Estos seres nos han puesto en el planeta que hoy poblamos y siguen controlando de cerca nuestra evolución. Nunca han dejado de encauzar sutilmente el curso de nuestra historia»

                                                        Andreas Faber Kaiser


En la década de los 80/90, el investigador Andreas Faber Kaiser* llevó a cabo una serie de programas de radio en la emisora Catalunya Radio. Uno de ellos, y el más extenso en temporadas (desde 1988 hasta 1994), se llamó Sintonía Alfa y, se trataban diversos temas ligados a la ufología y a las, entonces, conocidas, Ciencias Ocultas.

Con fecha 09/07/1989 se emitió un programa llamado «El Ninot Humà» (El Muñeco Humano), donde Andreas, realizó este curioso planteamiento sobre el origen del satanismo:

«Las gentes de otros planetas, o supuestas civilizaciones supuestamente cósmicas, desde el momento que llegan aquí, y nosotros no llegamos a su mundo, demuestran que son tecnológicamente más desarrolladas, y, presuntamente, más inteligentes.

Pero esto no implica de manera alguna que sean necesariamente, moralmente, más avanzadas que nosotros. En este mismo planeta nosotros tenemos muchos ejemplos de que, el poder que tiene la tecnología más avanzada, no siempre se aplica por el bien de sus hermanos, todo al contrario.

¿Por qué permiten que haya destrucción en este planeta?

Por un lado, supongo, porque tenemos un poco de libertad de acción.

Posiblemente, de todas formas, para que no sea una única raza la que esté mandando al ser humano, sino para haya una lucha, y no digo posiblemente ahora, sino que ciertamente hay una lucha entre poderes externos (de la Tierra) por el dominio de este planeta. Así está establecido desde los orígenes y no hay más que releer los textos sagrados de casi todos los pueblos para ver que existe esta lucha desde el inicio.

Hay un fabricador, que una vez realizado el «nuevo ser», dice a quienes han participado en el proceso a que ayuden a este «muñeco» a que se pueda desarrollar y, ande por sí mismo. Uno de los que participaron en la fabricación, llamémosle ingeniero o lo que sea, porque no lo sabemos, dijo que no! que él no había construido aquel «muñeco» para ayudarle, sino que, lo había hecho para que este le sirviera a él.

En ese momento, otro componente del grupo le dijo:

– ¡Estás contraviniendo la orden de nuestro mando, de nuestro Jefe!!

Respondiéndole:

– ¡Muy bien!! No solamente le contradigo la orden, sino que le declaro la guerra a partir de este momento, y los que queráis venir conmigo, seguidme!!

Y así comenzó la batalla.

La única forma que tiene el disidente para «arruinarle» el invento al creador es, explicarle al «muñeco» que puede ser tan importante y tan potente como el mismo fabricador, es decir, que se le escape de las manos su invento y que se independice.

Y de ese modo nace el Satanismo».